Después de haber protagonizado doce portadas de la revista mas picante del mundo, la rubia explosiva juró que nunca volvería a posar desnuda. Pero no cumplió su palabra. La actriz ha sido la elegida por la publicación para despedir el 2010. Demostrando su faceta más literaria, se ha atrevido incluso a publicar un poema. Pero, ¿era necesario que lo hiciera?
La portada número trece de "la Anderson" (si es supersticiosa tendrá que volver a enseñar sus encantos, aunque sea gratis), titulada 'La Dolce Pam', no tiene desperdicio. Curiosamente, la proclama como la mujer que más veces ha enseñado sus encantos para 'Playboy'. Hay que recordar que su primera vez fue en 1989, cuando aún muchas tenían reparos de enseñar sus atributos.
Emulando a Anita Eckberg en una de las escenas más tórridas de la película 'La Dolce Vita', en la que ésta se refresca los pechos en la Fontana de Trevi de Roma, hace unas declaraciones muy jugosas que, si hay que remitirse a otros de sus hechos, no son muy creíbles.
Su propósito más importante para 2011 es no volver a pasar por quirófano. ¡Ni aunque la obliguen! "No estoy en contra de la cirugía plástica, lo que me he hecho hasta ahora se quedará conmigo, pero no quiero nada más. Voy a hacerme tratamientos faciales, pero no quiero volver al camino de los cuchillos".
Probablemente Pam no quiera sufrir los estragos del bótox como otras compañeras (véase el reciente ejemplo de Gwyneth Paltrow, cinco años más joven). Por ahora sus cirujanos han sabido sacar partido a su 1,70 de altura. Sólo hay que darse cuenta de la rentabilidad de su delantera. Y es que es la vigilante que millones de hombres quisieran ver paseándose por las playas que frecuentan.
Pero que nadie se lleve a engaño. Detrás de esa anatomía tan poderosa se encuentra un cerebro que funciona a pleno rendimiento. O eso insinúa. "Me gusta que la gente se sorprenda de que puedo formar una frase completa. No tengo nada que demostrar".
Emulando a Anita Eckberg en una de las escenas más tórridas de la película 'La Dolce Vita', en la que ésta se refresca los pechos en la Fontana de Trevi de Roma, hace unas declaraciones muy jugosas que, si hay que remitirse a otros de sus hechos, no son muy creíbles.
Su propósito más importante para 2011 es no volver a pasar por quirófano. ¡Ni aunque la obliguen! "No estoy en contra de la cirugía plástica, lo que me he hecho hasta ahora se quedará conmigo, pero no quiero nada más. Voy a hacerme tratamientos faciales, pero no quiero volver al camino de los cuchillos".
Probablemente Pam no quiera sufrir los estragos del bótox como otras compañeras (véase el reciente ejemplo de Gwyneth Paltrow, cinco años más joven). Por ahora sus cirujanos han sabido sacar partido a su 1,70 de altura. Sólo hay que darse cuenta de la rentabilidad de su delantera. Y es que es la vigilante que millones de hombres quisieran ver paseándose por las playas que frecuentan.
Pero que nadie se lleve a engaño. Detrás de esa anatomía tan poderosa se encuentra un cerebro que funciona a pleno rendimiento. O eso insinúa. "Me gusta que la gente se sorprenda de que puedo formar una frase completa. No tengo nada que demostrar".
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